Conversando con una amiga le escuchaba decir cosas como: Es que no tengo dinero, la situación está muy mal y no consigo el trabajo que quiero. Además, me siento muy gorda y con la tensión alta.

Habiendo aprendido lo que se hoy en día, y recordando aquellos días cuando me enfocaba en todo lo que podía salir mal sin darme cuenta el poder de mis palabras y entendiendo que justamente todo eso que me quejaba era lo que manifestaba, le compartí un ejercicio que yo hacia para poder cambiar mi estado emocional y para no consolidar todo eso que me pasaba en ese momento.

Le conté que, en esos tiempos donde todo parecía que me salía mal y que las cosas parecía que no fluían, cada vez que me capturaba quejándome acerca de una situación la cual estaba atravesando en ese momento solo agregaba la frase “POR AHORA” al final de la queja la cual se convertía en: No tengo dinero para el mercado “POR AHORA”, No me alcanza para pagar la renta “POR AHORA”, tengo unos kilos de mas “POR AHORA”, Me siento mal “POR AHORA”, no tengo ni para ir al cine “POR AHORA” porque nada dura para siempre me recordaba a mí mismo.

La píldora mágica para mí era que, al decirlo de esa manera, me recordaba a mi mismo que esa situación o ese problema no eran permanente sino una situación o problema temporal de la cual yo podía salir adelante.

Y al conocer el poder que tienen nuestras palabras entendí que además estaba decretando que era una situación o problema temporal y todo pasaba.

Ahora cuando conversamos, siempre me dice: El dinero no me alcanza “POR AHORA”, y todavía tengo unos kilos demás “POR AHORA” y los dos sonreímos.

Menciona la primera persona que te llegue a tu mente que seguro necesita recordar que todo pasa en esta vida.