Uno de mis sitios favoritos es ir a la playa de noche, escuchar el sonido de las olas, sentarme en la arena y ver hacia el cielo.

Cada vez que tengo la oportunidad de hacerlo, me conecto con la abundancia infinita que presenciamos a diario empezando, por ejemplo, con la arena que toca mis pies. ¿Cuántos miles de millones de granitos de arena se encuentras allí? Me pregunto…

Escucho las olas del mar reventar en la orilla, y pienso: ¿Cuántas gotas de agua se encuentran ese mar que escucho?

Veo el cielo, con mi cuello casi torcido admirando las estrellas y reflexiono:

¿Cuántas constelaciones infinitas deben existir allí de las cuales nosotros no tenemos ni la mínima idea?

Vivimos en universo infinitamente abundante ¿Por qué como seres humanos decidimos conectarnos con todo aquello que no tenemos?

No estamos diseñados para vivir en escasez y sufrimiento… somos seres abundantes viviendo en un universo abundante.

¡Manifiesta la abundancia que hay en ti, empieza por agradecer todo eso que si tienes!