Con el tiempo aprendí que, en una relación, independientemente de la que sea, no se trata de dar 50% y 50% ya que estaríamos dando solo la mitad de lo que somos realmente capaces de dar. Aún peor es cuando no damos ni siquiera un 50% y siempre estamos exigiendo. Llega un momento que la otra persona se agota y es cuando las relaciones llegan a su fin. Las relaciones mágicas se manifiestan cuando las dos personas están dispuestas a dar el 100% de su potencial. Así que antes de estar exigiendo, pregúntate… ¿Estoy realmente dado lo mejor de mí?