Somos un reflejo de lo que pensamos, pero también de lo que decimos, incluyendo lo que nos decimos a nosotros mismos.

Muchas veces esas cosas que nos repetimos a nosotros mismos son cosas prestadas que no provienen de ti, si no que alguien en medio de sus inseguridades te sembró esa semilla.

De pequeño, como cualquier niño, se me caían las cosas o me tropezaba jugando… pequeños accidentes que le pasan a cualquiera.

Mi padre de sangre cada vez que pasaba algo así me decía “Pero muchacho parece que tienes 💩 en las manos” o en algunos casos mantequilla para ser más sutil.

Con el pasar del tiempo, ya no era necesario que el me lo dijera, ya que yo me lo repetía a mismo siempre hasta el punto de que me lo creí.

Ya de adolescente, siempre estaba nervioso de que iba a tumbar o romper algo y cada vez que pasaba me reafirmaba a mí mismo lo torpe que era.

Me llevo años de desarrollo personal entender que esa creencia no era mía y que tenía que dejar de expresarme de esa manera hacia mí y cada vez que se me caía algo o tropezaba algo lo aceptaba y ya.

Con el tiempo, empecé a desarrollar lo que yo llamo reflejos de Spiderman y ahora en el momento que algo se va a caer lo tomo en el aire o lo agarro mucho antes de que se caiga y me da risa porque eso si lo refuerzo cada vez que puedo… y me confirmo que si tengo reflejos de Spiderman.

¿Qué creencias te comunicas tú constantemente que quizás no son tuyas?