Siempre escuché: «Nadie aprende por cabeza ajena», pero de la misma manera pensaba: «Ojalá pudieran…»

Los seres humanos somos seres muy complejos. Nos quejamos del sufrimiento, pero en cierta manera lo buscamos y esto es algo que comúnmente veo a mi alrededor, incluso en mí algunas veces.

Una persona que sufre de Síndrome de Intestino Irritable como mi mamá (te amo madre) sabe que hay ciertos alimentos que no debes comer porque activan este síndrome el cual causa un gran dolor que no hay pastilla en el mundo que te quite.

En realidad, cuando me entero de que a mi mamá le da ese dolor, por un lado, me da mucho sentimiento porque sé el sufrimiento físico que eso causa ya que lo he vivido un par de veces en mi vida, pero por otro lado, recuerdo justamente lo que comento en esta publicación. Y es que mi mamá, como muchas personas, a pesar de tener el conocimiento de lo que no deberían hacer, o en este caso comer, deciden ignorarlo para luego sufrir las consecuencias.

Y yo no digo que esté libre de pecado porque a mí me pasa también cuando decido salir de fiesta y tomar un poco más de lo debido para luego sufrir las consecuencias de una buena resaca.

No es hasta que tomamos la decisión de dejar de buscar el sufrimiento como herramienta de aprendizaje que mejoran muchos aspectos de nuestra vida y eso lo podemos lograr a través de las experiencias y el conocimiento de otras personas que hayan pasado por ese camino que nosotros queremos tomar.