¡No me mientas!

A nadie le gusta que le mientan, pero muchos no están preparados o dispuestos a escuchar la verdad.

Decimos: ¡Sí, soy capaz de escuchar la verdad! Y cuando te la dicen, te ofendes, te molestas, te frustras, te pones a la defensiva y contraatacas. ¿Crees que alguien volverá a decirte las cosas de frente?

Si no eres capaz de escuchar, si no eres capaz de entender o de reaccionar impulsivamente, vivirás en un mundo de mentiras y pretensiones.

Muchas personas no mienten por maldad, sino por miedo a hacer daño. Debemos crear un espacio seguro para que nos podamos expresar sin miedos.

Claro, no confundamos honestidad con malicia. Porque de la misma manera hay personas que dicen decirte la verdad y lo que hacen es expresarse ofensivamente y con mala intención.